jueves, 17 de mayo de 2012

María Zambrano



María Zambrano fue discípula de José Ortega y Gasset y de Zubiri. Sus preferencias filosóficas se basan en la filosofía clásica griega, Plotino y Spinoza. Su pensamiento no se basa únicamente en estos autores, sino en escritos sobre psicología, mística, y de antropología de la religión. Su razón poética está inspirada en la razón vital de su maestro Ortega. Para Ortega, todo conocimiento parte de la vida, y la razón es viviente. Vivir supone el acto de atribuir sentido a la propia existencia. Sin embargo Zambrano, trató de evitar el discurso racional, centrándose más en el personal. La filosofía es pregunta y la poesía su respuesta.

La pregunta viene del caos, del vacío, de la desesperanza, cuando la respuesta anterior, si la había, ya no satisface. La respuesta ordena el caos, hace al mundo transitable, amable y, más seguro. La primera pregunta es la pregunta ontológica: ¿qué son las cosas? Nacida del vacío de ser de los dioses griegos, esta pregunta daría nacimiento a la filosofía como saber trágico. Estos actos trágicos se repiten, porque la destrucción de los universos míticos se repite. Los dioses aparecen por una acción "sagrada", pero también hay un proceso sagrado de destrucción de lo divino. La muerte de los dioses restaura el universo sagrado del principio. El racionalismo es expresión de la voluntad de ser. No pretende descubrir la estructura de la realidad sino que asienta el poder desde que la realidad debe ser transparente a la razón. El racionalismo, como todo absolutismo, de alguna manera mata a la historia, la detiene, porque realiza la abstracción del tiempo. El hombre deja de sentir el paso del tiempo y su constante destrucción, deja de sentir el tiempo como oposición, como resistencia, deja de saberse en lucha perpetua contra el tiempo, contra la nada que adviene a su paso. Si toda historia es construcción, arquitectura, el sueño de la razón, del absolutismo y de las religiones monoteístas es construir por encima del tiempo. La conciencia, en esa atemporalidad artificial de lo eterno verdadero, no puede despertar, ya que la conciencia surge al par que la voluntad personal y ésta se crece con la resistencia.

El problema que preocupa a Zambrano es "humanizar la historia y aun la vida personal; lograr que la razón se convierta en instrumento adecuado para el conocimiento de la realidad, ante todo de esa realidad inmediata que para el hombre es él mismo". Humanizar la historia y asumir la propia libertad, y ello mediante el despertar de la conciencia personal, la cual tendrá que asumir el tiempo, y los distintos tiempos de la persona. María Zambrano considera que la historia es un sueño. Interminables sucesiones de imaginaciones e ilusiones. Frente a ella la filosofía habría surgido para conformar una historia de hombres despiertos, sólo que nunca pudo evitar hacer utopías a su vez. El despertar sin dejar de soñarnos sería lo propio de un auto conocimiento que nos liberaría de las amarguras contenidas en la memoria. Vivir en este sentido sería un constante despertar, un ir haciéndose en el tiempo, experiencia.

Zambrano considera que el hombre debe aprovechar en él lo que el futuro le depara. Debe agotar sus formas actuales para que lo posible continúe abriéndose en él. Dar paso a lo que aun no ha realizado, al porvenir. Sostiene que somos hijos del sueño, en dos sentidos: por sus visiones e intuiciones, donde pareciera adivinarse en ocasiones lo que nos falta por ser (el sueño como preliminar del futuro) y después, porque somos una promesa, la continuidad de un proyecto imaginado por quienes nos han antecedido. Nacer es por ello realizar o pretender realizar el sueño de nuestros padres, inicial y evidentemente el de Dios. Del sueño venimos y hacia él retornamos como quien se interna en una zona de riqueza para seguir haciendo posible la continuidad de la vida. Cada despertar consiste en una renovación del proyecto humano, en recuperarlo desde el momento en que la conciencia vuelve a la realidad.

Trabajo realizado por: Ángela Quero

No hay comentarios:

Publicar un comentario