jueves, 24 de mayo de 2012

Hans Jonas


El redescubrimiento de la filosofía práctica generó una serie de discusiones que prontamente fueron dejando de lado los modelos anteriores para dar paso una filosofía de aquel tipo, pero con posiciones y perspectivas de orden más contemporáneo. En conjunto, la discusión abarcó una diversidad de visiones filosóficas. El fenómeno de la rehabilitación de la ética tiene diversas justificaciones, algunas de las cuales pueden explicarse en los siguientes, aunque breves, puntos:
  • En primer lugar, la filosofía venía mostrando un ejercicio tendiente a las generalizaciones teóricas que relegaba el interés por la singularidad y el individuo a un segundo plano.
  • En segundo lugar, la filosofía comenzó a erigirse como un importante interlocutor dentro de las discusiones en torno a la técnica, señalando los peligros que su desarrollo podía acarrear.
  • Por otra parte, la filosofía se vio interpelada a responder, aunque sea problemáticamente, a las exigencias de la eticidad en sus versiones aplicadas en las diversas prácticas sociales, por ejemplo, en las éticas profesionales, la bioética, etc.
  • Finalmente, se introdujo la necesidad de abordar nuevamente el papel de la reflexión ético-práctica para proponer nuevos formas de relación entre el pensar y actuar.
La filosofía de Hans Jonas, principalmente aquella referente al principio de responsabilidad, puede ser circunscrita entonces a esta retoma de la ética por parte de la filosofía del siglo XX, particularmente si ponemos atención a la segunda de estas justificaciones. Esta es la razón por la cual su obra también es denominada como hermenéutica ecológica.

Jonas consigue también revisar el fundamento metafísico del nihilismo antiguo y moderno en el dualismo, es decir, en la separación entre hombre y mundo, naturaleza y espíritu. Se abre de esta manera una segunda fase de su especulación en cuyo centro se encuentra la problemática de la naturaleza.

El proceso se ha iniciado en una fase en que el hombre aparece como morador de una tierra de infinita paciencia y abundancia, que por más que la hostigara permanecía siempre intacta y en permanente equilibrio, como un Todo invulnerable. Asimismo, las intervenciones de aquel hombre sobre la tierra tomaba la forma de deterioros superficiales, prontamente absorbibles por aquel sistema de inexplorado funcionamiento. El proceso supera su fase inicial cuando el hombre, en su afán de conocer y dominar ese mundo en ocasiones hostil, realiza una de las obras humanas más importantes de toda su historia: crear su propio espacio, su propio enclave, su propio mundo.

Si el principio de “poner el saber al servicio del dominio de la naturaleza y hacer del dominio de la naturaleza algo útil para el mejoramiento de la suerte del hombre” ha causado efectos que han llegado a ser desmesurados, ha sido por la prescindencia de cierta racionalidad y justicia.

Realizado por: Thaysi Thalita Cardoso

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